ESCRIBIR UN ARTÍCULO DE VIAJE
Supongamos que quiero escribir un artículo expresando mi convicción de que Croacia es el próximo gran destino para los viajeros. Primero, me preguntaría a mí mismo por qué lo siento así. Bien, veamos: es preciosa, tiene una rica historia, la gente es acogedora y es muy asequible. He aislado cuatro puntos destacados para defender mi postura, por lo que la próxima tarea es ordenarlos según su importancia.
Para organizar mi historia en términos de incrementar la conexión emocional, empezaré con el punto sobre la relación calidad-precio, ya que es la consideración menos emocional y la más práctica o lógica. Lo histórico empieza a involucrar el corazón, pero sigue siendo fundamentalmente intelectual, por lo que sería el segundo punto. La belleza es una consideración más emocional, introduciendo a los lectores en el relato a través de su alma. La conexión con las personas representa lo que yo creo que es el clímax de mi viaje, y el climax del viaje en sí mismo, por lo que sería el último. Mi punto final es la cima de la pirámide, pero cada paso del camino contribuye a la resonancia y la efectividad de mi argumentación en su conjunto.
A continuación, buscaré en mis notas y extraeré las experiencias que representan mejor estos puntos. El hostal en Dubrovnik que cuesta solo 15 dólares por noche, o esa extraordinaria comida bajo las estrellas que costó 5 dólares. Ahí fue cuando me di cuenta de lo barato que era este sitio, relativamente hablando. La riqueza histórica del país salta a la vista en Dubrovnik, cuando paseé a lo largo de las murallas de la vieja ciudad y vi las tejas antiguas destrozadas durante la guerra puestas al lado de las nuevas tejas fabricadas para reemplazarlas –un recordatorio conmovedor de la constante presencia del pasado, pero también un ejemplo inspirador de cómo el turismo puede ayudar a reconstruir un lugar–.
La belleza de Croacia era obvia: la costa rocosa y las sombras de los cipreses, la flora silvestre en pleno florecimiento y ni una persona a la vista.
Y luego todo se unificó en un momento durante mi última noche en Dubrovnik, cuando salí a cenar con una guía turística local que me contó lo que su familia había sufrido durante la guerra y cómo había sufrido el país entero, aunque ahora florecía en el país una nueva esperanza.
Revisando estas experiencias, me he dado cuenta de que, para mí, la parte histórica del escrito tiene más resonancia emocional que la belleza del paisaje. Y por lo tanto, he reordenado los apartados. Empiezo con el proceso, paso a la belleza y la historia, y termino con mi cena con la guía turística. Tendré que asegurarme de que presto atención a las transiciones entre los apartados, aunque el escrito está ya tomando forma en mi mente. He averiguado cómo estructurar la parte central, y ahora es solo cuestión de traer los ejemplos individuales a la vida.