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Instrucciones: Responde las siguientes preguntas.
Lea el poema y responda.
Esta tarde, mi bien, cuando te hablabacomo en tu rostro y tus acciones víaque con palabras no te persuadía, que el corazón me vieses deseaba; Y amor, que mis intentos ayudaba, venció lo que imposible parecía, pues entre el llanto, que el dolor vertía, el corazón deshecho destilaba. Baste ya de rigores, mi bien, baste; no te atormenten más celos tiranos, ni el vil recelo tu quietud contrastecon sombras necias, con indicios vanos, pues ya en líquido humor viste y tocastemi corazón deshecho entre tus manos.
Sor Juana Inés de la Cruz
¿Cuál es la actitud del interlocutor a quien se dirige el poema?
Identifique la opinión del autor a partir del texto.
El sueño de Coleridge
Un emperador mogol, en el siglo XIII, sueña un palacio y lo edifica conforme a la visión; en el siglo XVIII, un poeta inglés que no pudo saber que esa fábrica derivó de un sueño, sueña un poema sobre el palacio. [...]
¿Qué explicación preferiremos? Quienes de antemano rechazan lo sobrenatural (yo trato, siempre, de pertenecer a ese gremio) juzgarán que la historia de los dos sueños es una coincidencia, un dibujo trazado por el azar, como las formas de leones o de caballos que a veces configuran las nubes.
Jorge Luis Borges
Lea el texto y responda.
La quimera del oro
Mientras descendían por el ribazo cojeando dolorosamente sucedió que el hombre que iba en cabeza se tambaleó entre el caos de rocas. Los dos estaban fatigados y débiles; sus rostros contraídos tenían aquella expresión de paciencia que confieren las privaciones largo tiempo soportadas. Iban pesadamente cargados, sujetas a sus hombros colgaban unas correas; otras correas pasaban sobre su frente y les ayudaban a sostener el fardo. Cada uno de los dos hombres llevaba un rifle y caminaba encorvado; los hombros hacia adelante, la cabeza inclinada, la vista clavada en el suelo.
—Me gustaría tener un par de los cartuchos que perdimos en nuestro escondrijo dijo el segundo hombre.
Su voz era inexpresiva. El otro no contestó.
Cruzaban ahora —el que había hablado pegado a los talones del otro— la corriente que espumeaba, lechosa, entre las rocas. No se habían quitado las botas, puesto que el agua estaba helada hasta el punto de que les dolían los tobillos y sus pies se entumecían. En algunos lugares el agua discurría contra sus rodillas y los dos vacilaban buscando dónde asentar el pie.
Jack London
¿Cuál es la razón de que los hombres tienen una expresión de paciencia?
Identifique el hecho que se obtiene de la lectura.
Las hormonas sexuales y el cerebro
Los hombres y las mujeres pensamos, sentimos y actuamos diferente, pero ¿por qué? Se sabe, aunque no siempre lo comprendemos en nuestra vida diaria, que el cerebro de una mujer es distinto al de un hombre. Así, por ejemplo, en el hipotálamo (zona del cerebro que regula una gran cantidad de procesos fisiológicos, entre otros, el control de la temperatura y el del ciclo sueño-vigilia), hay regiones que participan en la conducta sexual cuyo tamaño, cantidad de células o las sinapsis (estructuras de comunicación entre dos neuronas) que establecen son diferentes en individuos de un sexo o de otro, lo cual repercute en la vida de todos nosotros. Estas diferencias se basan en un fenómeno muy interesante, conocido como diferenciación sexual del cerebro, en el que la participación de las hormonas sexuales es fundamental.
Ignacio Camacho Arroyo
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